Nuestra historia

Como todo gran proyecto el Salón de la Fama del Beisbol Latino ha sido conceptualizado por sus promotores por años de necesidad histórica impostergable. Todo fanático del deporte del beisbol por décadas se ha deleitado en las hazañas de los beisbolistas latinos. Solo faltaba un Olimpico propio en donde las misma tubieran hegemonia histórica y sus hazañas quedaran registradas para la inmortalidad. El gran ejemplo ha sido el tradicional Salón de la Fama de Cooperstaown dedicado a las luminarias del beisbols profesional de la Grandes Ligas.

El Salón de la Fama del Beisbol Latino se origina más de tres años cuando un amante del Béisbol el Ing. Roberto a Weill, cubano de origen, le solicita a su compatriota, scout de LA Dogers y gran leyenda del beisbol latino, Rafael Avila, que se une al proyecto del Salón de la fama del Beisbol Latino. Ambos se dieron a la tarea de construir esta gran institución que hoy se ha convertido en una bella realidada.

La primera Gran Ceremonia de Exaltación se llevó a efecto el 29 de Mayo 2010 (CLASE 2010), quedando exaltados trece miembros de la lista de todos los latinos de Salón de la Fama de Cooperstown así como cinco del grupo de Comtemporáneos y cinco elegidos por el Comite de Veteranos. De Cooperstown se eligieron, entre otros, a Luis Aparicio, Roberto Clemente, Tony Pérez, etc. De los Contemporáneos salieron elegidos Roberto Alomar, David Concepción, Felipe Rojas Alou, Camilo Pascual y Hector Espino. Cada año se elige una CLASE dividida entre Contemporáneos (Post 1970) y Veteranos (Pre 1970).

Roberto Weill: "República Dominicana es un Cooperstown latino"

Ingeniero de profesión, Roberto ha sido la bujía inspiradora del Salón del Béisbol Latino, un histórico “Cooperstown latino” que ya se está preparando para lo que será la quinta exaltación de los inmortales del béisbol de origen latino.

Directo y claro en su manera de pensar y expresar su ideal, la hoja de vida del ingeniero Roberto Weill y Pinetta es bastante amplia. Es graduado de Ingeniero Industrial en la Universidad de Georgia Tech (Atlanta); egresado, también, de Harvard Business School; y con una especialidad en el Rochester Institute of Tecnology.

Luego, fundó el “Grupo de Empresas Weill”, dedicado al mundo agroindustrial, con negocios en América Latina, Estados Unidos y Europa. Este grupo, actualmente es dirigido por sus tres hijos, Roberto, Rolando y Rafael.

Su llegada al mundo del béisbol llegó por su interés en crear un equipo de Grandes Ligas a Venezuela, lugar donde vivió por algunos años. Inició ese proyecto creando la Liga Interamericana Triple A, como paso previo a las Grandes Ligas, en 1979.

“Le dimos forma a esta Liga, pues para ese entonces no existían franquicias de Triple A en Estados Unidos para poder subir a Grandes Ligas. Entonces, al no haber franquicias en ninguna de las tres Triple A de Estados Unidos: American AssociationPacific Coast League, y la International League, se nos ocurrió hacer una. Allí nos estuvo ayudando Bobby Maduro, que era para ese tiempo el Comisionado para el Caribe, y estaba conformado por varios países. Allí estaban dos equipos de Venezuela, República Dominicana, Panamá, Puerto Rico y Miami. En aquel momento, no habían suficientes latinos en Grandes Ligas.

¿Cómo surge la idea de crear el Salón de la Fama del Béisbol Latino (SFBL)?

Luego de crear la Tiple A, me reúno en el país con Rafael Ávila, el gran scout y vicepresidente de los Dodgers y le expongo que me parecía muy importante, ya que estamos aquí, en la capital del béisbol latino, en donde habían 30 equipos de grandes ligas desarrollando peloteros, después que él empezó en el poblado de Guerra; que teníamos la primera oficina de Major League Baseball (MLB) fuera de Estados Unidos; que teníamos 18 ó 19 Series del Caribe; y hoy en día más de 600 y pico de peloteros dominicanos que han pasado por Grandes Ligas, en materia de número de peloteros per cápita (no creo que ni Estados Unidos ni nadie se ponga a competir con esa cantidad de luminarias), y le propongo que hiciéramos un salón de la fama. A él le pareció muy interesante la idea, y yo tenía muchas posibilidades de hacerlo, utilizando la infraestructura de Casa de Campo. Así comenzamos el Salón de la Fama del Béisbol Latino, basado en Cooperstown, que es exaltación y museo. Desde hace varios años, iniciamos con las exaltaciones (la primera de ellas fue el 29 de mayo del 2010), y después seguimos con el museo. Ya vamos para la quinta exaltación, eligiendo a una personalidad por país latino, que tenga los números suficientes, la actividad y su perfil como líder comunitario.

Podríamos decir que el SFBL es una especie de antesala hacia el Salón de la Fama de Estados Unidos…

¡Exactamente! Estamos trabajando para convertirnos en la plataforma Cooperstown, al punto de que hoy tenemos seis de los peloteros nuestros dentro del radar del comité de Cooperstown. Te recuerdo que nosotros exaltamos a Roberto Alomar, primero que ellos, el año anterior. Tenemos allá a Orestes Miñoso y a Luis Tiant (Cuba); a Edgar Martínez y Bernie Williams, ambos de Puerto Rico. Todos ellos están siendo considerados por el Salón de la Fama de Estados Unidos.

Hemos tenido un gran éxito, hemos tenido la habilidad, diría yo, de ir a Estados Unidos y lograr que a Cooperstown le guste lo que estamos haciendo; nos han prestado mucha ayuda, y también han vigilado lo que estamos haciendo para abrir un museo aquí, en La Romana.

Tanto ellos como las Grandes Ligas han visto que estamos haciendo algo extraordinario: la institucionalización y la internacionalización de la excelencia latina, en un momento en que ellos nos necesitan, porque el béisbol va hacia el mundo latino, igual que el baloncesto ha ido hacia el mundo afroamericano.

¿Cuál usted considera ha sido la clave del éxito de la entidad?

Una de las razones de que el Salón de la Fama del Béisbol Latino haya tenido tanto éxito, se debe a que su sede está en República Dominicana, un país que acaba de ganar el Clásico Mundial de Béisbol de manera invicta. Imagínate a un país tan pequeño, esta media isla, ganándole a medio planeta, incluyendo a los Estados Unidos, quienes inventaron el juego.

Pero eso no es todo, como bien dice el vicepresidente de los Dodgers, Rafael Ávila, ganamos, pero ganamos con un equipo B, no fue ni con el A.

El Salón de la Fama ha tenido ese basamento de credibilidad por estar en el país adecuado. Los latinos se han montado, y los americanos quieren internacionalizarse a través del Clásico Mundial, porque desean buscar peloteros fuera de Estados Unidos. Entonces, ¿qué es lo que sucede? Que ya tenemos la exaltación caminando y ahora estamos trabajando la otra fase, que es el museo. Para ello, hemos desarrollado un diseño que hemos llevado a Cooperstown para su aprobación; y hemos creado una fundación, sin fines de lucro, para dicho museo.